Vista España en frío, no es una sonrisa amable la que asoma a la boca cuando miras nuestro retrato. Históricamente es un lugar que duele. A pesar de que en el paisaje europeo y mundial todos tienen abuelos en cunetas, padres en asilos, cuñados reventando cenas de Navidad e hijos dando por saco, nuestro álbum fotográfico posee imágenes especialmente amargas. Aquí y desde aquí se hicieron cosas malas y buenas, se sacudió la historia universal y se tuvo al mundo agarrado por las pelotas, y para todo eso hay que valer. No es cosa al alcance de cualquier tiñalpa. Con lo mejor y lo peor de nosotros, con nuestras contradictorias luces y sombras, los españoles llenamos la Historia de sucesos y nombres asombrosos: emperadores, artistas, escritores, filósofos, poetas, marinos, descubridores, científicos, guerreros. Unos y otros con victorias y derrotas, con nobleza e infamia. Como todo el mundo, ya digo, pero también más extremados que nadie, como solemos ser en nuestros odios y amores, en este país extraño donde no hay dos que pidan café de la misma forma: solo, americano, largo, expreso, cortado, sin leche, para mí un poleo.
Sin embargo, y ahí está la paradoja, qué admirables somos cuando pintan bastos. Qué grandeza de ánimo en las crisis, en los desastres. Resulta asombroso que justo cuando la cadena jerárquica se va al carajo, cuando el azar y la vida golpean con su cruel periodicidad, pues tales son las reglas naturales, y cuando los responsables de las administraciones públicas —autoridades nacionales, autonómicas y toda la gentuza parásita que de ese negocio vive— demuestran su incompetencia, su egoísmo, su sectarismo táctico y su infame vileza, o sea, cuando el Estado desaparece, se acobarda y se retrae, cuando los poderes públicos ni están ni se les espera, es entonces cuando los españoles, cual si poseyeran el adiestramiento genético de haberse visto durante muchos siglos abandonados a su suerte, se crecen en la adversidad, sacan lo mejor de sí mismos y se vuelven nobles, solidarios, audaces, heroicos.
Porque no falla, hagamos memoria. Cada vez que una desgracia nos sacude, todos los observadores extranjeros coinciden en su admiración por el modo, casi único en Europa, en que aquí hacemos frente al infortunio y el desastre. Ahí radica nuestra gran paradoja: cuando no pueden confiar en nadie salvo en ellos mismos, los españoles se unen y se hermanan, lo mismo para acuchillar gabachos un Dos de Mayo que para defender una República o tumbarla, apoyar a las víctimas de atentados de ETA, socorrer a los heridos de la matanza de Atocha, reaccionar heroicamente en tiempos de la pandemia de Covid, ayudar a los afectados por las inundaciones de Valencia contrapesando la incompetencia criminal de la clase política, o dar un conmovedor ejemplo de civismo y solidaridad durante el gran apagón de finales de abril, sin luz ni teléfonos, y posiblemente gracias a eso mismo: que no había luz ni teléfonos. Da que pensar, pues dice mucho de nosotros, que los españoles seamos mejores personas cuanto más desamparados nos deja el Estado. Es terrible, pero también significativo y hermoso, que en esa trágica orfandad nos respetemos y queramos más, nos sintamos más nobles y solidarios, más unidos unos a otros, cada vez que la pandilla de sinvergüenzas que nos gobierna y desgobierna desaparece unas horas o unos días de nuestros televisores, de nuestras radios, de nuestros teléfonos y de nuestras vidas.
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Publicado el 16 de mayo de 2025 en XL Semanal.
¡Para mí un cortado doble con tres gotas de leche!
Bueno, don Arturo, en general estoy bastante de acuerdo con usted pero difiero en algunas cosas. Yo creo que nuestra idiosincrasia entra dentro del ámbito de lo celtibérico tribal. Y, como es tribal, hay muchas componendas en todo esto.
Tribal y muy contradictorio. Nuestros afanes de autonomía e individualidad, por un lado son exacerbados, a nivel personal, local o autonómico. Impera la microculturilla particular de mi tribu, de mi barrio, de mi ciudad, de mi región. Las particularidades microculturales se exacerban hasta la extenuación en cada micro ámbito, para diferenciarnos del vecino celtibérico de al lado. Los especialísimos embutidos de mi lugar de nacimiento son diferentes, son cultura propia y son los mejores del mundo. Estas cosas separan. En otros países no los separa la diferente elaboración del queso por zonas. Dense cuenta que nuestras autonomías están diseñadas según en unos sitios se elaboren butifarras, en otros vinos, empanadas, quesos, se cocine bacalao, o se ase de forma especial el cochinillo, se cocine el arroz o las legumbres, etc.
Esto se traslada a lo político, por supuesto. Porque aquí, realmente no se vota, aquí la gente se alinea o se aliena de por vida, ocurra lo que ocurra, atado a su tribu (he conocido familias enteras que tienen la costumbre de votar a los mismos tiñalpas siempre). Unos o unas votan al más guapo, al más progre, al más buenista, al más descerebrado o al que tiene el “relato” más sugerente, al que viste como más me gusta o se peina a la moda. Aquí no se analizan programas de gobierno, trayectorias personales, perspectivas de futuro… Aquí no se analiza la economía, las relaciones exteriores, la educación, los medios, la justicia, el funcionamiento caótico de la administración y la burocracia…
Pero la gente, don Arturo, no tiene la culpa, creo yo, de cómo son los dirigentes. En primer lugar, esa caterva, esa piara de indocumentados, mentirosos, tramposos, corruptos, inútiles, estúpidos, cretinos y malvados, los eligen las micro estructuras de los partidos, esas micro organizaciones sectarias, dogmáticas, fanáticas, pesebristas, adocenadas y sometidas al “aparato”. Los partidos políticos en España son rebaños de ovejas (con perdón para las ovejas). Y eligen para representarlos al reflejo infame de su propia estructura interna. Dese cuenta, don Arturo, que la mitad del país (quizás la parte del país más inteligente) nunca vota y que los dirigentes no los eligen la mayoría.
No tenemos, ni hemos tenido, los dirigentes que nos merecemos. Y estos, surgen de los peores estratos de nuestra sociedad que los tiene como todas.
Dese cuenta que a los dirigentes empresariales no los elige la gente. Y tenemos, en general a los peores (y a los mejor pagados) dirigentes empresariales de todo el Occidente. Mis experiencias, a lo largo de cuarenta y tantos años de trabajo, y en diferentes entornos, y por lo que me he informado siempre de este particular sector, me hacen tener la convicción de la inutilidad empresarial de estos especímenes. Ejemplos son las cajas de ahorros, los bancos, las empresas gubernamentales (infectadas de nepotismo) y también las empresas privadas (quiebras, fraudes, fracasos, mala praxis, etc.). En el mundo empresarial español se buscan gurús, se buscan fachadas, se buscan amiguetes y se buscan ex-políticos, se busca imagen.
Bueno, después del infame apagón hemos vuelto a la tribu, a nuestro choricico, a nuestro vino y a nuestros bailes regionales. Nos reencontraremos en comunidad, en colaboración, en apoyo mutuo, en la próxima desgracia, sea esta un apagón, una dana, un volcán, un covid… (nunca hemos padecido una época, de pocos años, tan sumamente gafada). Busquen ustedes al gafe…
Saludos a todos,
Buenos días querido amigo. Muy acertada su valoración global. En mi opinión aquí no se analizan por los votantes los programas electorales de gobierno -además de por falta de cultura práctica al respecto y supina desidia- porque no valdría absolutamente para nada. Desde el momento en que, cuando acceden al poder, los políticos pueden incumplir o incluso hacer, sin explicación o justificación alguna, totalmente lo contrario a lo que propugnaban sin que les pase nada, ni les encarcelen, ni les multen, ni sancionen o ilegalicen al partido como persona jurídica al que pertenecen, por fraude o por publicidad engañosa como si se hace con las empresas algunas -pocas- veces respecto a los consumidores. Desde el mismo momento en que nuestro maravilloso e imparcial Tribunal Constitucional, en una memorable (por lo funesta) sentencia, contestó al, creo recordar, señor Joaquín Sabina que un programa electoral no es vinculante, y no puede exigirse su cumplimiento por los ciudadanos -teniendo por ello menos valor que una campaña publicitaria de una empresa de telefonía (“el mismo precio para toda la vida”, por ejemplo)- aquí el presupuesto democrático de un Estado de Derecho vale menos que un pimiento de Padrón que no pique nunca, como de hecho pasa en bastantes ocasiones en los adquiridos en un buen número de establecimientos comerciales. Y así nos va… que hasta los partidos políticos más laicos exigen abrumadores actos de fe a los ciudadanos que les votan, que riete tu de la reencarnación o el mal karma o la infalibilidad Papal.
Estáis describiendo mi pueblo? Te escribo desde México y todo lo que dijiste pasa en estos lares
Buenos días, no suelo comentar ningún artículo o columna, sea del autor que sea aunque siempre me hacen reflexionar, pero en este caso no me resisto a lanzar una idea al aire, que puede servir al autor o a otros lectores: ¿Estará relacionado este tema con la fuerza que tuvo el anarquismo durante el inicio del siglo XX en España?
Perdóneme usted, don Juan, pero el anarquismo, que tuvo, por un tubo, mucho desarrollo en la primera parte del XX, lo hizo fundamentalmente en el ámbito catalán.
Pero sí, un puntito de anarquismo, no de caracter decimonónico sino ancestral, atávico, tribal, carpetovetónico, tiene entre sus componentes el inconsciente colectivo celtibérico.
Otro tema, que no tiene nada que ver ni con el anarquismo decimonónico ni con el ancestral, es el anarquismo cretínico del perroflautismo actual.
Saludos.
Tiene toda la razón, don Arturo, somos mejores personas cuando peor nos trata la naturaleza y la vida y, en especial, cuando los políticos desaparecen. Entonces vamos todos a una como una piña. Yo etiquetaría el fenómeno con la mención de: “España, anarquía paternalista”. Además mi experiencia personal me da la razón: cuando mejor funcionaba la administración pública local donde trabajé toda mi vida, era cuando los políticos estaban de vacaciones. Entonces nadie pugnaba para adelantar artificialmente la tramitación de un expediente, ni empujaba para obtener un informe favorable, ni discutía la bondad o adecuación de un procedimiento administrativo. Se seguía entonces la norma procedimental de forma lógica y razonable, sin forzar interpretaciones alambicadas, buscadas por el mandamás de turno para conseguir, o conseguir más rápidamente, su objetivo.
Porque la esencia de nuestra estirpe es buena y fecunda, ingeniosa, trabajadora en exceso, con iniciativa de forma constructiva, que puede llevar a la improvisación ante las circunstancias adversas a la categoría de arte. No quiero ni pensar como sería este país y los logros que conseguiría, si no estuviese lastrado por una clase política sobredimensionada en enorme exceso, parcial, antagónica muchísimas veces con la lógica, el sentido común, el buen hacer, y con los ojos puestos en sus fines particulares, numerosas veces espurios, en lugar de en el bien común. Seríamos la leche oiga…
Lleva usted razón, sr. B, estimado.
En el ámbito privado ocurre lo mismo, según mi experiencia. Las empresas, cuando mejor funcionan es cuando faltan los directivos porque están de viaje placentero, de convención, de comilona que se extiende con copazos incluidos hasta las 8 de la noche, o refocilándose rijosamente con el secretario o secreraria de turno.
Los directivos de este paìs, interumpen el trabajo o lo dificultan, se embarcan en proyectos desastrosos, esquilman los presupuestos, gastan a desmadre, despiden a más desmadre todavía, se fusionan con empresas incompatibles, sobornan a los políticos, y, sobre todo, subcontratan, lo subcontratan todo, hasta sus propias necesidades sexuales. Adoptan dogmáticamente las peores teorías empresariales mundiales, sobre todo si ya hace tiempo que están periclitadas. es necesario adoptar lo que el último descerebrado gurú haya puesto de moda, pero con retraso.
Si un tonto con una tiza es un peligro (no crean ustedes que estoy describiendo, a los zapateros… o sí), un directivo español en un curso internacional de nuevas tendencias empresariales o tecnológicas es como un loco de atar, un psicótico, con una catana o una navaja de afeitar en el metro a hora punta.
Porca miseria…
Un abrazo.
Jajaja, lo que me he podido reir imaginando al directivo psicótico con la katana gritando ¡banzai! a golpe de ERE o de fusión vascosabadeliana (¡que murga pertinaz, por favor!) intentando medrar el ímpetu ante la concentración parcelaria de su majestad sanchista-largocaballerista.
No se si mi mandíbula resistirá otro simil como ese ni otra consulta popular como esa.
Estimado Sr. Pérez-Reverte:
Resulta trágico y enternecedosr a la vez.
Sería tanto más conveniente que tras las desgracias soportadas guardásemos un mímimo recuerdo y actuásemos en consecuencia.
El pasado año estuvimos cinco veces al borde de un apagón como el recientemente padecido. Los motivos, técnicos y humanos, son sabidos por los entendidos en la materia. Recordemos landesestabilización y caída en cascada en Europa central hace unos años. Véase la reciente exposición de Antonio Turiel desde su instituto de investigación, https://www.youtube.com/live/hsyiR7f3ZFM?feature=shared
En.Valencia somos expertos.
La dana sobre Valencia fue vivir en carnes propias algo de los nuevos eventos que vemos llegar sobre el Mediterráneo, ese nuevo mar tropical. Recordemos el barrido desde Italia a Polonia en 2024 y el medicán Daniel de 2023 sobre Grecia y Libia.
El incendio en Valencia, ¿no es acaso un ejemplo de lección olvidada del triste torre Geznfell de Londres en 2017?
El descarrilamiento del metro en 2006, tambien en Valencia y sus 43 muertos… qué más añadir en la “terreta”, buen ejemplo de una españolidad, con su “açò ho pague jo” y que se cobra soblre la espalda de todos.
La lista sería extensa simplemente enumerando las causas de la avaricia y la negiglencia de hombre contra el hombre.
Ahora añadamos el daño infligido sobre la naturaleza, por nuestro nuestro ombliguismo y ánsia desmedida. Por nuestro modo de vida moderno.
Señores escritores, para cuándo una Controversia de Valladolid que juzque el sometimiento del planeta para la satisfacción inmediata y pasajera de unos cuantos e hipotecando el futuro de los descendientes. “Laudatio si”… o no.
Enhorabuena por su siempre muy esperado artículo.
N.B.: Ya le habrán alertado sobre la errata en la fecha del apagón.
España, te toca.
Cuando hay que consumar la maravilla
De alguna nueva hazaña
Los ángeles que están junto a su silla
Miran a Dios… y piensan en España.
José María Pemán. (Poema de la Bestia y el Ángel)
A Su “sanchidad” Felón XIV
Cuando hay que entonar la “tonadilla”
De alguna nueva soflama
Adláteres que están junto a su silla
Miran al “boss”… y piensan en Aldama.
La Intxaurrondo y el Cintora
En la tele nacional
Adorando a cada hora
Al felón, su “sanchidad”.
El Bolaños, la Montero,
Ese fiscal general,
El Tezanos, con sus cuentos,
Armengol con su ruindad…
No sigamos escarbando
Pues podemos encontrar
Que consorte sin Corona
Nos quiera republicar.
Ahora buscará enciscarnos,
A cuenta del “televoto”,
Quien convocó aquí en verano
Para mandar con sus orcos.
Cierto es que a mí me la pela
La mierda de Eurovisión…
Mas la cortina no cuela,
Que vas de listo, felón.
No estorbar a quien trabaja,
Ni molestar a quien come,
Perturbar a quien descansa,
O, espiar a quien jode,
Dejar que los españoles
Disfruten, a su manera,
Sin desmadrar las pasiones
Y controlando fronteras.
Es la labor del gobierno,
O, al menos, eso era,
Pero ahora este mostrenco
Parece que no se entera.
Como dicen los viejos refranes hispanos: “No quieres taza, pues toma tezano y medio”.
Y, sobre Eurovisión: a España siempre la pillan en bragas. Menos ropa de diseño y fantasía erótica y más calidad musical… Si de todas formas no ganamos tampoco, por lo menos la actuación será digna. Aunque el festivalito sea una mierda, entre chiquilicuatres, zorras y melodis_teperonolosupe aprovechar, vamos haciendo el ridículo año tras año.
Saludos.
Es que las canciones buenas iban a la OTI… Que ya no hacen… Canciones buenas me refiero.
Y el Prestige, don Arturo, no se olvide del Prestige y su chapapote
Es una manera de verlo. Yo, el día del apagón, y durante la experiencia cotidiana, lo que vi es pasotismo, sumisión y gregarismo absoluto, sumados a la estupidez infantil y a la improvisación “pollosincabezanea” habituales.
Le cuento: me tocó ir andando desde Plaza de Castilla hasta mi casa, 9 kilómetros, en los que vi gente haciéndose sellfish, para subir sus videos cuando volviera la luz, bebiendo cervezas, bailando, y cuando por fin vino la luz, aplaudiendo, no se sabe muy bien el qué, el caso es que aplaudían. La jornada prometía. Si el apagón se hubiera demorado un par de días más, igual ese comportamiento modélico se hubiera empezado a diluir cual azucarillo en café con leche. Pero el buen Dios quiso que la cosa no durase mucho más, y nos quedáramos con un montón de anécdotas para contarlas con los compis del curro en el afterworking en la calle Ponzano, mientras el camarero inmigrante nos sirve el gintonic como a nosotros nos gusta.
Semanas después de tan raro evento, aún no sabemos que pasó realmente. No se alarmen: no lo sabremos jamás. Los diferentes responsables se echarán la culpa unos a otros, mientras el querido pueblo español piensa en la próxima ración de pan y circo, de lucecitas de colores con las que adornar nuestra existencia, a la espera de la próxima cagada.
Usted valora la actitud del pueblo ante la adversidad. Permítame que disienta: es precisamente esa actitud rayana en la necedad la que mos lleva a situaciones como estas. Los políticos son el reflejo del pueblo. No espere usted nada de una clase política que no es capaz ni de ajustar el huso horario (Tenemos la misma hora que Varsovia, cuando deberíamos tener la misma que Lisboa), pero espere menos de un pueblo que, ni sabe lo que es un huso horario, y si lo sabe, le importa una higa.
Subestimas mucho a la gente. Esos mismos crios que se hicieron los selfis alquilaron autobuses entre 20 para bajar desde madrid, barcelona, bilbao o toda andalucia a ayudar en valencia 6 meses antes y estuvieron tirando de barro y escombro , y a escuchar y consolar a toda la gente de esos pueblos, por la cara.
Luego fueron a enseñarles los selfis a su familia pero antes estuvieron dias, semanas y alguno de un mes parriba durmiendo donde pillaban y levantandose a las 6 de la mañana a ponerse el epi y ayudar donde pudieran.
Estos no son de cristal, amigo y vecino.
Y si en algun momento alguien les da un objetivo claro, va a ser muy divertido verles dar lecciones de relojería a toda esa caterva
Sobre lo de la DANA, y la gente que, con buena voluntad, muchos de ellos, y con ganas de posturear, otros muchos, mejor ni hablamos. Fue todo desorden, descoordinación, y otra dosis más del famoso movimiento “pollosincabeza” tan “tipical spanish”.
El hecho de que vayas a la zona cero con una escoba y un recogedor, no dice nada. O lo dice todo, según. Igual estás contribuyendo a atascar de lodo, más de lo que estaban, los desagües de esas localidades. Pero en fin. Eso no es lo importante, lo importante es que no hemos aprendido nada, y la próxima será peor.
Verá, hay dos maneras de conducirse en la vida: una es siendo previsor, e ir tapando baches, otra es ir cayendo en ellos.
Hay un dicho que siempre me gustó: el necio cae, y no aprende; el inteligente cae y aprende; el sabio es el que observa al inteligente y al necio y no hace lo que ellos. No aspiro a que seamos un pueblo de sabios, con que seamos un pueblo de inteligentes, medianamente, me conformó.
Así somos estos humanos que por ahí vamos
Es un retrato de mi Venezuela! Cuanto nos parecemos! Para bien y para mal. Gracias por el retrato Don Arturo. Un abrazo desde Venezuela.
Coincido plenamente con sus dichos, y no por nada los argentinos descendemos de españoles pues tenemos muchos de esos mismos problemas. A veces increíblemente solidarios ante la adversidad y las más de las veces asquerosamente egoístas. De los políticos o los que se dicen así mejor ni hablar. Mal de muchos…
Le leo y pienso en mi país. Un país vuelto nada por seres que no deberían llamarse seres. Por marionetas preocupada por verse el ombligo, por los otros tantos que han tenido que irse para labrarse un otro nuevo futuro, nuevas realidades, nuevos sueños.
Suspiro profundo. Venezuela duele.
Creo yo que definir hoy como es o actúa cualquier pueblo del mundo es una tarea imposible, que jamás nos permitirá llegar ni siquiera a un resultado aproximado.
Cada pueblo tiene su pirámide social perfectamente definida y dependerá en qué lugar nos encontremos del gallinero para interactuar con nuestros compatriotas y otros pueblos del mundo.
Los únicos que mejor nos conocen son nuestros políticos, ellos son expertos, y las empresas que nos venden sus productos o mejor dicho que nos los imponen.
Los razonamientos colectivos son realmente increíbles. Aquí en Argentina una torrencial lluvia de 400 mm, que en este siglo XXI, ya es innegable que existen significativos avances tecnológicos y científicos para saber que este tipo de eventos se producirán por el cambio climático. Sumado a que se permitió durante décadas el asentamientos de extensas ciudades en lugares en donde por la altimetría del suelo y la proximidad de las cuencas hídricas, el riesgo de inundación es altísimo. Los habitantes con el agua hasta el cuello dicen ante los medios con resignación
—Qué le vamos a hacer, el clima es así.
¡Por Dios y la virgen santísima, no podemos ser tan pelotudos los argentinos!
No nos damos cuenta que nuestros gobernantes son una manga de hijos de puta, que cuando bajen las aguas continuarán cobrando impuestos, impuestos con los que no se hace nada, solo desaparecen sin que nadie rinda cuenta, ni tampoco se les exige que rindan.
Ya lo he dicho otra vez, el problema debe estar en el agua que tomamos. Es inadmisible que los ciudadanos votemos una y otra vez a los mismos impresentables que nos dicen cualquier cosa, y les creemos con ojos de vaca que llevan al matadero.
En nuestra cara el congreso no logró que saliera ley de ficha limpia, algo obvio…pero no, ganaron los corruptos, los ladrones, los hijos de puta que han permitido que miles de familias construyan sus casas en lugares que algunas vez se inundarán… y se inundaron, por la ley ley de la física que dice que el agua siempre ocupa los lugares bajos.
Yo me he cansado de estar harto, sumado a que por mi edad no veré a mi país ponerse de pie. Es triste pero es así.
No obstante estoy esperando pacientemente cruzarme con uno de estos sátrapas y me daré el gusto de agarrarlo del cogote aunque vaya preso, nadie me quitará esa última enorme satisfacción. Me dirán ustedes que soy un violento inadaptado, es posible; pero la madre de la violencia la provocan estos personajes que han encontrado en el intrincado andamiaje de las leyes, conseguir salir indemnes de sus trapisondas, mientras millones de personas viven acorraladas por todo tipo de inconvenientes: carestía de la vida, inseguridad, falta de educación, infraestructura inexistente o destruida. Prepagas de salud insaciables que no les tiembla el pulso al aumentar sus cuotas hasta la estratosfera, sabiendo que dejarán sin cobertura de salud a miles de familias. Y la canallada mayor es cuando estos encumbrados políticos se dejan ver en yates costosísimos junto a sus putas, mostrando su manoseadas ubres; yates y putas que pagamos nosotros con miles de compatriotas bajo el agua contaminada. ¿Cómo no me voy a convertir en un violento?, ¿de qué modo se puede mantener la compostura ante tamaña injusticia?. Cuando los tenga a tiro ¡Los voy a agarrar del cogote a estos hijos de mil puta!.
Diga Usted que si. Me uno a su banda
Me impresiona mucho que cuando Don Arturo habla de España, perfectamente podría estar hablando de mi país: Colombia. ¿Es casualidad o coincidencia forzada por mí? ¿Es el efecto de haber sido Colombia colonia del Imperio Español? Me pregunto si estas mismas coincidencias las sentirán otros lectores latinoamericanos.
Qué magnífica reflexión acompañada de un castellano inmejorable, impoluto. Mis felicitaciones.
(Por cierto, largo con hielo y sin azúcar)
Pues a mí, ese buenismo de crecerse en la adversidad , en esa adversidad creada por esos políticos infames , no me resulta grata. Y no me resulta grata , porque ellos ( los políticos) se aprovechan y van virtiendo cada vez más, sus nefastas actuaciones . La próxima , pero que la anterior.
Cuánto nos parecemos a nuestra madre patria, oh! Nosotros los cubanos, vuestros hijos bastardos, cada descripción de Arturo parece hablar de nosotros, imposible ignorar el nexo.
Es agradable pensar que los españoles nos unimos ante la adversidad. Todos los españoles. Sobre todo es agradable leerlo en sus novelas y artículos, porque la realidad a veces defrauda. No sabía qué poner en lugar de ‘a veces’ y lo he dejado así. Saludos.
Una oda un tanto extraña. Lo cierto es que no me creo nada, etiquetar de forma maniqueista y decir que “sobraron curas, analfabetos, idiotas, políticos, espadones y tiranos, y faltaron bibliotecas, cabezas pensantes y líderes a la altura de la sangre y el sudor que derramamos o nos hicieron derramar para nada” es atribuirse una cátedra, a toro pasado, increíble. Ciertamente los hubo, algunos, pero no todos… y cagarse así en todos los curas y políticos me parece gratuito… tanto como para decir, ” sea usted Don Arturo el que dirija el país, a ver si lo hace mejor…” porque pongamos que curas no, pero para dirigir un estado-nación hace falta un político para tomar decisiones … y si, hoy la imagen que proyectan es lamentable… y quizá en otros momentos del pasado… pero decir lo que se dice en el artículo me parece naif y banal… ciertamente lo del ser español, catalán, gallego o de mi puta madre… me la trae al pairo y creo que no me define (perdón por lo de mi santa madre, eso sí…). Sinceramente, la condición humana en el mejor y el peor de sus términos, es ideosincratica (perdonen lo perogrullo) de toda la humanidad.
Don Arturo:
Si no fuera, porque se refiere a los españoles, habría dicho que es un retrato de mi país Chile, y por extensión con sus disimilitudes con la América Latina, que solo nos unimos para los desastres, que en este lado de América son muchos y continuos
Café para todos, pues estupendo. Los políticos sin escrúpulos se insultan en la pequeñá Cámara de los Diputados, pero bien barato que les sale Gin Tonic en el bar del Congreso. Vivan nuestros políticos con las cinco vocales de nuestro idioma.
Sólo cambio España por Cuba, y asiento con tristeza.
SPANIA S.A. & APAGÓN
28 de abril, a media tarde …, estoy en un bar y me acabo de zampar un emparedado, ¡frío evidentemente! Hace dos minutos se estaba comentando que el Apagón afecta a varios países, entonces un señor mayor lanza: ¡es que aquí no tenemos de esos ingenieros de cuántica! Uno de los camareros se aproxima a una de las ventanas, y sube algo más la persiana …, en se ese instante ¡hízose la luz! (no la del Génesis). Algunos gritos de alegría y un convecino afirma que ha sido aquél, con su acto, quien nos ha devuelto la electricidad. País (él único, inmarcesible y no-irrelefante) S.A.
No hay metro, y los autobuses van hasta la bandera, pero no hay nerviosismo; ambiente cotidiano en las rúas, con montones de niños y gente tomando café en las terrazas. Comportamiento normal en el supermercado del barrio, nada de acaparar y comprar compulsivamente.
Se está descartando el ciberataque, ¡bien!
29 de abril, media mañana …, leo un artículo que recoge lo que el periodista ha oído a los paisanos, en una caminata de 7,5 km. por la Calle de Alcalá; el encabezado incluye “España es la hostia”. Lo que comenta el personal me genera esta reacción: surrealismo, o sencillamente Celtiberia; y añado para mí que estas actitudes son mucho mejor que el pánico.
Como capetovetónico puedo ser enormemente crítico con País (de Forges), pero las noticias que me llegan indican que la respuesta de todo quisqui ha sido ejemplar, paralela a la de la pandemia, i.e. calma, aguante, serenidad, solidaridad … Sospecho que muchos foráneos sentenciarán que hay que tener mucho “cuajo” para estar tomando cervecitas en el exterior de los bares, y de cháchara, durante un Corte de luz a todo el territorio, sin saber exactamente el porqué.
Vuelvo a decirme que toda esta suma de procederes de los lugareños es inmensamente preferible a un ataque de histeria colectiva; ésta habría causado destrozos de la propiedad pública, acaparamiento de alimentos, incluso saqueos y no pocos muertos …, todos sabemos a qué extremos puede llegar la ciudadanía cuando se transmuta en masa. Pero no se dio tal metamorfosis, ¡gracias de a dios!
Es lugar común manifestar orgullo por nuestra Transición, paradigma de sociedad cívica & civilizada, de individuos maduros y equilibrados; produjo admiración en todo el mundo, si no mundial, occidental. Pues bien, llevándome por el optimismo, predigo que el Apagón del 28 de abril causará también riadas de elogios en el planeta, si no planetario, al menos del 1er mundo. Un evento dramático, una reacción de los habitantes modélica, un Día de Luz para la nación.
Y seguimos con nuestros refranes populares que, de alguna forma, reflejan nuestro ser, nuestro sentir, nuestra idiosincrasia:
“A comer, beber, bailar y gozar que el mundo se va a acabar”.
A ver, que se nos olvida que todo muy bonito al principio (ej. Covid) y que luego cuando pasa el estado de shock y lo anormal se vuelve realidad, es cuando sale de nuevo el egoísmo. No he pasado peor época que durante el covid cuando se levantó el confinamiento. Estupidez humana en todo su esplendor, absoluto desdén al conocimiento. Por favor, imagínense mi percal, doctora en bioquímica, por decisión propia en este país, malviviendo, y que me compare un muy señor catedrático de cosas sociales, que lo que yo decía era poco menos que “miguel bosadas”. Y ojo, que lo que yo decía, no era mi invención, que no soy tan lista, sino que simplemente trasladaba el conocimiento que se iba generando de forma rigurosa, ese conocimiento para el que me entrenaron en las mismas instituciones que ahora denostaban mi conocimiento y formación, y que efectivamente el Covid se trasmitía por el aire, por aerosoles, que habían unos experimentos que ríete tú de los de la tuberculosis que mira que tardaron en demostrar que los aerosoles era la vía principal de contagio. En fin para qué, bares a rebosar sin medidas eficientes, lugares de trabajo que eran la fiesta del COVID, y de mientras, las personas vulnerables abandonadas a su puta suerte. Lo siento, yo por mi parte, ante el apagón, me preparé para lo peor. Me dije, esta gente ahora están happy flowers, porque no dan para más, pero si esto se alarga dos días ya me vale a mí tener algo para defenderme.
En ese lugar inmanente que el autor denomina “España” ya hubo (y alguno hay) quienes encontraron una buena fórmula para prescindir de todos esos népotas, tiranos, vividores y otras gentes citadas.
Y ese hallazgo de los sufridos habitantes del lugar vino a llamarse anarcosondicalismo.
Comunistas, liberales, fascistas, regionalistas y otra fauna diversa aunó esfuerzos para hundir la utopía y envenenar su recuerdo.
No veo signos de que el autor tenga en consideración la opción, ni siquiera a beneficio de inventario.
Salud.